La muñeca es una articulación compuesta por 8 huesos, los cuales son propensos a romperse causando una fractura de muñeca, la cual puede verse agravada, al mismo tiempo y dependiendo de cómo haya sido el traumatismo, con la rotura en el hueso radio o cubito, los cuales están unidos a las estructuras óseas de la muñeca a través de la articulación. En este artículo aprenderás sobre estos términos clínicos relacionados a esta rotura de muñeca, el tratamiento médico que se realiza dependiendo del tipo de fractura, en qué consiste la rehabilitación y algunos cuidados que se deben tener posteriores al trauma.
Fractura de muñeca, clasificación
Como te mencione anteriormente, las fracturas de muñeca suelen ser un tipo de rotura ósea común, las cuales pueden ser en algunos casos leves o graves, esto último, depende principalmente de cómo haya sido la caída o la forma en que fue comprometida la muñeca y el brazo, es por ello que el médico indaga preguntando cómo fue la caída o el trauma para de esta forma ir teniendo una noción sobre cómo podría ser la gravedad de la rotura, además de basarse en los hallazgos de las radiografías y, por supuesto, el estado del miembro lesionado, de esta manera, las fracturas de muñeca más comunes pueden ser:
- Fractura de Colles: es la rotura más común que ocurre en la parte distal del radio, en la muñeca, dando como resultado clínico la observación de una curvatura que hace ver a la extremidad en forma de “tenedor”. Está ocurre cuando se cae al suelo doblando la muñeca hacia atrás.
- Fractura Barton: aquella que se genera en el extremo distal del radio y a la vez ocasiona una dislocación o fractura de la muñeca.
- Fractura Smith: se produce cuando la persona cae hacia atrás encima de la palma de la mano. La zona de la fractura puede desplazarse hacia delante o hacia atrás.
Tipos de tratamientos para fracturas de muñeca
Con respecto al tratamiento médico que ha de llevarse a cabo, dependerá de la gravedad, la más complicada de tratar es la de Barton, ya que el segmento fracturado tiene un desplazamiento hacia delante o hacia atrás, presentando además una dislocación de la muñeca. Por otro lado, en líneas generales, las fracturas de muñeca deben inmovilizarse por completo para que el hueso consolide de la mejor manera posible, aumentando las probabilidades de mejoría 100% satisfactorias, reduciendo las secuelas de la lesión. El tratamiento puede dividirse en quirurgico y no quirúrgico, esto dependerá del grupo de edad al que pertenezca la persona, la actividad física que realice y el tipo de fractura:
El tratamiento quirúrgico se lleva a cabo cuando la posición anatómica natural del hueso del antebrazo no puede posicionarse con reducción manual ni con yeso o férula ya que este vuelve a su estado dislocado, por lo que se llevará a cabo dicho procedimiento a través de cirugía, mediante el empleo de placas que sujetan la estructura ósea, clavos de acero inoxidable, fijadores externos, entre otros. A su vez, si se trata de una fractura de muñeca abierta, también debe tratarse con cirugía, utilizando lavados para desinfectar la herida y posteriormente el uso de placas o fijadores.
Por el contrario, el tratamiento no quirúrgico o convencional, suele llevarse a cabo cuando, mediante el proceso de reducción manual de la fractura, el hueso puede volver a posicionarse anatómicamente ayudándolo, posteriormente, a consolidar con ayuda de la inmovilización mediante un yeso o férula durante varias semanas. Ambos tratamientos, luego de la recuperación o el retirado del yeso, se indica al paciente un tiempo en sesiones de terapias, estas ayudan a recuperar el movimiento natural del miembro y a fortalecer los músculos que se encuentran atrofiados debido al proceso de inmovilización
Es estrictamente importante que el alineamiento del hueso de la muñeca sea el correcto ya que de lo contrario se puede ver afectado el movimiento de la articulación. El periodo de recuperación completa puede incluso tardar un año, sera normal sentir algo de rigidez en la articulación debido a la fractura, pero está con rehabilitación poco a poco se va regenerando, pudiendo retomar actividades de bajo impacto al pasar 3 o 4 meses dependiendo de las indicaciones del médico.
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