La piel del niño, que ha permanecido durante nueve meses en un ambiente líquido y a temperatura uniforme, se ve sometida desde el mismo nacimiento a los efectos de una escasa humedad y unos cambios frecuentes de temperatura. Por todo ello esa piel se reseca y puede descamarse en algunas zonas como el abdomen o las extremidades. Esto es más frecuente e intenso en niños nacidos más allá de las cuarenta semanas de gestación, que se denominan postmaduros, pero puede aparecer en cualquier otro.
Conozca como debe bañar correctamente a su recién nacido
El niño debe ser bañado diariamente y de forma completa, aun cuando todavía mantenga el cordón umbilical —nada más nacer se le baña así sin que exista contraindicación por la presencia del cordón—. Se dispondrá en una habitación templada un recipiente con agua a la temperatura corporal (aproximadamente 37°C) que se comprueba introduciendo la mano o mejor el antebrazo; si se nota templada o caliente estará por encima de esta temperatura. Se utiliza un jabón de los muchos que existen en el comercio para este fin y una esponja fina y suave. Debe iniciarse el lavado por la cabeza y terminarlo por la zona de genitales y ano para evitar que la esponja contaminada en estas regiones extienda la posible suciedad a los ojos o la boca.
Finalizado el baño hay que secar al niño sin frotar sino por contacto con la toalla. Después, si hay descamación, se puede aplicar sobre ella una capa de aceite cosmético, siendo igualmente eficaz el aceite de oliva.
No es necesario el uso de polvos de talco ni de lociones o cremas para todo el cuerpo. La propia piel del niño tiene, en condiciones normales, la suficiente cantidad de grasa para mantenerla tersa. Ni siquiera es preciso aplicar cremas sobre la zona anal recién bañado cuando ya está limpia de restos fecales o urinarios.
No existe una hora mejor para el baño diario: cualquiera es buena aunque se recomienda, para establecer una rutina más cómoda para madre e hijo, efectuarlo o bien por la mañana antes de la primera toma de alimento o por la noche antes de la última, con lo que el niño suele dormir mejor y por más horas al sentirse relajado y limpio. En épocas calurosas puede bañársele dos veces al día.
La higiene del bebe, trabajo en equipo!
El tiempo que se dedica al baño llega a ser para el niño uno de los más gratificantes de la jornada y puede serlo también para los padres que aprenden a observar el cuerpo de su hijo, sus movimientos liberados de las ropas que los limitan durante el resto del día, y establecen con él un íntimo contacto físico de gran importancia en la relación paterno-filial. Por todo esto es muy recomendable que al baño del recién nacido asistan el padre y la madre y que ambos participen en el manejo y limpieza del niño.
En cuanto al recipiente que ha de servir para el baño puede ser cualquiera que permita sujetar cómodamente al niño y que el agua cubra aproximadamente las dos terceras partes de su cuerpo. Existen en el comercio bañeras plegables que, sobre todo, ayudan a la comodidad de la madre que puede permanecer de pie y tener mayor soltura con las manos.
El ombligo es con frecuencia asiento de infecciones mientras duran los restos del cordón y en los primeros días tras su desprendimiento, porque es una región cruenta cpie tarda un tiempo en recubrirse de piel protectora. Mientras haya cordón se debe envolver con una gasa impregnada en alcohol de 90° levemente rebajado o con alcohol de 70°. Al caerse el cordón, lo cual suele suceder entre los días 5 y 10 de la vida, se aplica sobre él una solución antiséptica yodada o el más utilizado mercurocromo. No es raro que al desprenderse el cordón se observe una pequeña hemorragia en la herida resultante; si la sangre es apenas una gota cpic mancha ligeramente el pañal no debe ser motivo de alarma y han de seguirse las mismas normas de higiene antedichas. Si la hemorragia fuese mayor se consultará al pediatra.
Como limpiar las deposiciones de tu bebe, evita infecciones
Además del baño completo diario es necesaria la higiene del niño en varias ocasiones más a lo largo del día, siempre que haya orinado o hecho deposición. Se utiliza una esponja y agua templada cuidando de limpiar bien todos los pliegues y la zona del ombligo si ha llegado hasta ella la suciedad. En las niñas es muy importante realizar la maniobra de limpieza iniciándola en el área genital y siguiendo hacia el ano y no al revés, porque en caso contrario son fáciles las infecciones vulvares e incluso las de vejiga urinaria por los gérmenes que habitualmente contaminan las heces.
Quiero insistir en la existencia de numerosos pliegues en la superficie corporal de los niños porque a veces se descuidan apareciendo irritaciones cutáneas que necesitarán ya la aplicación de cremas o pomadas de otro modo innecesarias.
Hoy son de uso (recuente las toallitas impregnadas de sustancias jabonosas. No cabe duda de que su uso es cómodo y más porque al ser de un solo uso reducen el subsiguiente trabajo de lavado; sin embargo no mejoran en absoluto el resultado higiénico del agua y jabón, encareciendo innecesariamente el ajuar del niño. Pueden ser útiles para viajes o en situaciones donde sea difícil o imposible obtener agua, pero no en el hogar; aquí la esponja, el jabón y el agua templada son los mejores instrumentos de limpieza y los más baratos.
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