Muchas veces, a lo largo de nuestras vidas, es común que ocurran ciertos accidentes en las que se nos hace alguna quemadura de primer grado o leve, principalmente, si somos de aquellos que utiliza de manera recurrente la cocina. En este artículos te daremos información con respecto a las características que presentan las quemaduras de primer grado, su tratamiento más efectivo y cómo estas se producen.
Quemaduras de primer grado, causas y primeros auxilios
Las quemaduras de primer grado son aquellas donde solo se compromete la capa superficial de la piel (epidermis), produciendo el tipo eritema o enrojecimiento localizado, sensibilidad y, en ocasiones, existencia de ampollas; suelen tener un grado de dolor leve-moderado o intenso dependiendo de la extensión y la zona en donde se encuentre, las comunes suelen ocurrir en áreas de las manos o dedos, estas últimas, zonas más vulnerables al dolor debido a la cantidad de terminaciones nerviosas, pero también pueden estar presentes en otros sitios corporales, estas quemaduras son causadas por diferentes factores, como, por ejemplo:
- Manipulación de objetos calientes sin la debida protección o por exposición accidental.
- Durante la preparación de alimentos o salpicaduras de agua caliente.
- Contacto con gases o llamas.
Por otro lado, es importante considerar que las quemaduras, todas en general, tardan en cicatrizar, ya que las capas de la piel son las que se comprometen, la diferencia en el tiempo de sanación estará influenciado con la profundidad de dicha quemada, en este caso, las de primer grado pueden tardar en sanar por completo hasta 1 mes (dependiendo de la extensión) mudando la piel quemada, pero, los síntomas de la misma, desaparecen en un lapso de 47-72 horas, disminuyendo a medida que pasan dichas horas.
En tal sentido, es importante tener algún conocimiento básico sobre el manejo de las quemaduras de primer grado de manera que, desde casa, se puedan disminuir los síntomas incómodos de la misma y, al mismo tiempo, ayudar en su cicatrización. Los primeros auxilios empleados en estos casos consiste en:
- Disminuir posible inflamación y enrojecimiento de la zona lo que causa dolor intenso a través del empleo de compresas frías o agua fría sobre la zona afectada.
- Puedes emplear lociones o pomadas especiales para quemaduras, suelen ser tipo geles, es importante que sea bajo estos términos, ya que otras sustancias podría empeorar el ardor o afectar más la zona. Recuerda que ya de por sí una quemadura significa daño al tejido por lo que tendrás mayor sensibilidad.
- En algunos casos, y si el médico te lo receta, puedes incluir el uso de analgesicos suaves como acetaminofen o ibuprofeno para disminuir el dolor, pero, por lo general, este síntoma suele desaparecer por sí solo en cuestión de horas.
- Empleo de apósitos: estos suelen ser la mejor opción si tenemos disponibles en casa, ya que ayudan a proteger la zona de la quemada y a mantenerla hidratada, lo que disminuye considerablemente el dolor molesto. Algunos de los apósitos que puedes utilizar son aquellos tipo Tul, apositos hidrogeles o hidrocoloides (hidrocelulares).
Recomendaciones: Lo que se debe evitar es la irritación de la piel quemada, por lo que no es recomendable el uso de pomadas mentoladas o que contengan alcohol ya que producen un exceso de dolor y has podrían hacerla sangrar, que podría empeorar la lesión. Si la quemadura presenta un aspecto purulento, es más profunda de lo normal o cambia a un aspecto anormal, debes acudir al centro asistencial más cercano a tu domicilio para que de esta forma puedas ser atendido bajo los parámetros estipulados.
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