Los laureles son plantas de origen mediterráneo por lo que les gusta y crecen mejor en la exposición al sol. No obstante, se pueden adaptar a la perfección a ambientes más oscuros; de hecho, parecen necesitar de la protección de la sombra durante los primeros años de vida. En las épocas frías, es recomendable resguardarlo de los abates del invierno y llevarlo a un lugar resguardado o protegerlo colocando alguna estructura que impida las bajas temperaturas.
¿Cómo cultivar el laurel?
El laurel necesita ser plantados en tierra con un buen drenaje para impedir que se pudran sus raíces o, por el contrario, que se ahoguen sus raíces por los excesos de agua. En caso de que la tierra no sea lo suficientemente porosa, debemos asegurarnos de que colocarle piedras en el fondo que permitan el recorrido del agua.
Ante todo debemos definir si queremos cultivar por semillas o por esquejes. La semilla es la forma más usual, aunque también de las mas lentas; algo totalmente opuesto cuando se cultiva por esquejes, donde el crecimiento es más rápido. También puedes optar por adquirir un pequeño árbol y trasplantar a tu jardín.
Si lo haces por semilla, deberás plantar en un semillero y regar hasta obtener los primeros brotes verdes. Cuando el laurel llegue a los 3 o 4 cm de alto, puedes trasplantarlo a una maceta más grande. Si decides tomar la opción de siembra por esquejes, te recomendamos empezar al final del verano; para evitar que las altas temperaturas lo resequen. Para ello, deberás tomar ramas de 10 o 15 cm y sembrarla, intentando que mientras se arraigue tenga más horas de sombra que de sol.
Cuidado de la planta de laurel
- Riego: dado que como mencionamos anteriormente, son plantas principalmente de sol, su riego debe ser una vez por semana aproximadamente. Te recomendamos regar las raíces y evitar rociar las hojas.
- Podado: el podado puede realizarse en cualquier época del año. Lo haremos principalmente para remover aquellas hojas que estén muertas o deterioradas y para darle la forma que sea más acorde a nuestro gusto. Además, el podado en su copa mejora el flujo del aire para las épocas más frías del año.
- Iluminación: debe estar siempre en exposición al sol, no son plantas que sirven para interiores o lugares donde reciba mucha sombra.
- Fertilizante: el laurel es un arbusto que no requiere de mayores cuidados para que crezca sano y hermoso. Solo debemos asegurarnos de echarle abono una vez cada 6 meses.
- Cosecha: para recoger las hojas de laurel, es preferible extraerlas en la mañana, ya que de esta manera, se mantienen y se preservan su cualidad aromática para tus comidas e infusiones.
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